• En el 2022, se reportó que de los niños y niñas menores de 10 años que acuden a Control Nutricional por diagnóstico de mala nutrición, 4,590 corresponden a niñas y niños con sobrepeso u obesidad.
• Este 4 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Obesidad, con el lema 2023: “Cambiando Perspectivas: Hablemos de Obesidad”.
La obesidad infantil puede afectar profundamente la salud física, el bienestar social y emocional, el rendimiento académico y la autoestima de niñas y niños. A menudo se prolonga hasta la edad adulta, por lo que la educación, la prevención y el tratamiento son vitales para detener el aumento global de la obesidad.
La prevalencia de sobrepeso y obesidad infantil en niños y niñas de 5 a 11 años en nuestro país, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2021 Covid-19, es del 37.4% y de Adolescentes de 12 a 19 años es del 42.9%; esto quiere decir, que de 10 niños, niñas y adolescentes que se encuentran en este rango de edad, casi cuatro tienen sobrepeso u obesidad.
En San Luis Potosí, en el año 2022 según datos de la Plataforma de la Dirección General de Información en Salud, Cubos Dinámicos, se reportó que de los niños y niñas menores de 10 años que acuden a Control Nutricional por diagnóstico de mala nutrición en las Unidades de Primer Nivel de Atención, el 56.5% (4 mil 590) corresponde a niños y niñas con sobrepeso u obesidad.
El rápido aumento en la prevalencia de sobrepeso y obesidad en niños y adolescentes, sus consecuencias a corto y largo plazo, han hecho de su prevención una prioridad en salud pública. La obesidad es una enfermedad crónica, compleja y multifactorial, cuyo abordaje requiere centrarse en la persona, sin estigma ni discriminación, con tratamientos accesibles, basados en la mejor evidencia científica desde la atención en los centros de Salud, y en los entornos alimentarios.
Finalmente, la dependencia de Salud en esta fecha, pide concientizar sobre el estigma (opiniones negativas) sobre las personas que viven con esta enfermedad, ya que las burlas o el bullying puede provocar posibles problemas de salud físicos y mentales, la depresión, ansiedad, baja autoestima, consumo de sustancias ilícitas e intento suicida. El bombardeo y señalamiento social influyen en conductas alimentarias menos saludables y fomentan el sedentarismo. Asimismo, evitan que la persona con obesidad solicite atención médica de manera oportuna no solo para bajar de peso, sino para prevenir o atender otros padecimientos.